Noventa y tres y veintidós. Así
dos generaciones distantes pueden aunar espíritus cuando están bien templadas
las clavijas del amor al arte.
No son muchos los que saben valorar la
belleza de un paseo con una dama, el trino de un ave azul, la mirada dulce de
un niño o la conversación con un poeta. “Dios mío! Que dure este tiempo, que duren
estas horas!”. Pero tristemente, así como un día no basta para conocer si
quiera el ábside de una catedral gótica, dos horas son nada para conocer el
rasgo más superficial de un hombre. “Oft erklartet ihr euch als Freund des
Dichters, ihr Gotter!”, dice el epigrama goethiano.
El viernes 7 de abril pude ir a la casa
de Armando Soriano Badani. Al sabor de
un café fuerte, comenzamos a hablar sobre aquello que expresa lo que los ojos
humanos no pueden ver y lo que ningún sentido puede justificar, la explicación al espectáculo
inmenso de la creación: la Poesía. Escuelas, revoluciones, insurgencias,
vanguardias prostitutas, qué no le ha pasado al arte! Sin embargo pensad por un
instante cuál es la línea maestra, cuál la ley inmutable… Os daréis cuenta que
el genio clásico no puede ser superado ni lo será jamás. Por eso el arte está
más allá del Bien y del Mal, con él no se hace propaganda social; y por eso es
inmutable en el tiempo y en el espacio, su línea rectora no variará nunca. Hay
solamente un camino: una ley estética y una ley sintáxica!
Soriano le ha dedicado su vida a la
literatura, a la belleza. Y es el último caballero de Gesta Bárbara sobre la
tierra. Es cosa triste saber cómo los grandes valores artísticos se van
perdiendo en la marejada violenta e implacable del tiempo. Las letras de Gesta
Bárbara están escritas en bronce en los anales culturales de Bolivia. Su legado
está en la promoción cultural y en la escritura de decenas de novelas y cuentos
y miles de miles de versos. Era un bajel con varios capitanes, bajel que se va
hundiendo en un mar donde el fondo no es sino la gloria.
Donde mi espíritu casi se funde con el
suyo es en el desdén por el arte demasiado libre en la forma. Maldición a esos despreciadores
de la antigüedad, a los lujuriosos que blasfeman en contra del código
artístico! Soriano es un sonetista tan riguroso como lo fueron Lope y Góngora,
hizo heptasílabos tan rítmicos como los de Darío y escribió prosas en
castellano antiguo como lo hizo quien deseara ser Corregidor de la ciudad de
Nuestra Señora de La Paz, Miguel de Cervantes.
Mi entrevistado cambia el rumbo de la plática
y comienza a recitar de memoria uno de sus poemas amatorios; sus heptasílabos
sin rima tienen musicalidad y harmonía. Es consciente de la prescindencia
de la rima, pero no deja de musicalizar, porque el poeta es un constructor plástico ante todo (poiesis). Y al final de la tarde, cuando
el sol ya estaba detrás de la corona de El Alto, me enseñó un último poema que
sigue el precepto de la universalización del arte: Notre Dame. “Bajo la noche parpadea el Sena/ con malicioso guiño a
mi embeleso;/ un anfibio candil, ágil, travieso,/ mudo se argenta en líquida
cadena”.
Porque la legendaria catedral gótica de
Victor Hugo merece la lira de todos los poetas de este mundo.
Me obsequió su última novela, porque
aunque casi un siglo de existencia pesa en su físico y en su alma, no puede
dejar de usar su estilográfica. Una bella mujer desnuda cubriendo con su mano
su mayor intimidad corporal ―la Venus de
Urbino del Tiziano― adorna la tapa del libro. Porque pintores y literatos
se unen en esta obra.
No toméis lo siguiente por inmodestia,
pero al final de la tarde le dediqué mi libro de versos clásicos y esto es lo
que inscribí en él:
Para
Armando Soriano Badani, amante de las letras, del arte y de la vida, con
cariño,
Ignacio Vera Rada
COMENTARIO DE ARMANDO SORIANO BADANI SOBRE MI LIBRO MOCEDADES
...[su] estructura general es de tendencia realista, diferente
a los diversos matices del vanguardismo. En verdad, es una poesía con
significativa riqueza de lenguaje poético donde asoman recónditas
manifestaciones estilísticas tamayanas. Su poesía es intelectualmente estimable
por su contenido de visibles proyecciones valorables en nuestro campo
literario.
Oportunamente le
haré conocer mi opinión formal sobre su poesía.
Armando Soriano Badani
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