miércoles, 15 de junio de 2016

SE ABRE DEBATE SOBRE SI REDES SOCIALES INFLUYERON O NO EL 21F


Los periodistas independientes afirman que las redes influyeron, pero que no fueron determinantes. En cambio, el gobierno cree que  la derrota del Sí es consecuencia de las mentiras difundidas en las redes.

Ignacio Vera Rada




En las últimas semanas algunos periodistas, entre ellos Carlos Valverde y Amalia Pando, manifestaron indignación por las aseveraciones del gobierno que establecen que las redes sociales (RR.SS.) “jugaron sucio” en el referéndum celebrado el pasado 21 de febrero para modificar la Constitución Política del Estado (CPE).
Frente a la posición gubernamental en sentido de que las redes sociales fueron determinantes en la derrota oficialista en el referéndum del 21 de febrero, Valverde dijo que “las RR.SS. no ganan elecciones, nunca lo harán…”, pero aclaró que “lo que ha pasado en esta ocasión ha sido la manifestación de la indignación de los bolivianos al enterarse de un posible tráfico de influencias que debe ser investigado”. Al mismo tiempo, apuntó que“el pueblo boliviano está ya molesto de un gobierno que cada vez se va desgastando más y más.”
Valverde es el comentarista cruceño que reveló la relación entre el presidente Evo Morales y Gabriela Zapata, y entre ésta y la empresa china Camc, que se adjudicó contratos con el Estado boliviano por más de 500 millones de dólares. Este caso fue uno de los temas más comentados en las redes sociales en lo que va del año.
La periodista Amalia Pando dice que “las RR.SS. son herramientas fenomenales para la comunicación. Creo firmemente que no son las causantes de la derrota del Sí en el referendo. Las RR.SS. son además espacios para la democracia, el debate y el intercambio de opiniones.”
Asimismo, Pando se pronunció respecto a la iniciativa de regular las RR.SS. “Estoy totalmente en contra de la iniciativa de regular las redes, eso sería atentar contra la libertad de los ciudadanos de expresarse”, dijo y agregó que si se concretarala iniciativa oficialista “estaríamos viviendo algo muy cercano a un totalitarismo”.
La iniciativa para regular las redes sociales surgió entre los sindicatos cocaleros del Chapare y en la Asamblea Legislativa. La idea ha generado la oposición de los partidos opositores y también de los activistas sociales, además de una buena parte de los usuarios de redes sociales.
En el gobierno existe el convencimiento de que las redes sociales fueron determinantes en la derrota de Morales en el referéndum en el que buscaba aval ciudadano para postular a un cuarto mandato.
El ministro de Trabajo, Gonzalo Trigoso, opinó que “las RR.SS. han jugado un papel nefasto para la imagen del Presidente. Cualquier ciudadano boliviano sabe quelas redes estaban plagadas de mentiras, de calumnias…”. Agregó al final que “no hay duda de que las RR.SS. han hecho que el Sí pierda”.
      Varios otros ministros de Estado y muchos voceros del gobierno de turno también han manifestado su repugnancia por los contenidos publicados en las RR.SS. en días preelectorales. La ministra de Comunicación, Marianela Paco, planteó la necesidad de “revisar y debatir” el uso de las redes. El ministro de Defensa, Reymi Ferreira, dijo que en las RR.SS. hay solo “ataques de la oposición”.
      Hace pocos días, el procurador general del Estado, Héctor Arce Zaconeta, ha dicho que las RR.SS. fueron “mentirosas y falsas, y dañaron el prestigio del gobierno”.
Desde más o menos diciembre de 2015 se han inundado las RR.SS.de publicaciones relacionadas al referendo, las más eran contrarias al Movimiento Al Socialismo (MAS). Pero sucedió que a comienzos de febrero del presente año, el periodista Carlos Valverde anunció en un programa de radio que la señora Gabriela Zapata Montaño, expareja del presidente Evo Morales, habría incurrido en un presunto tráfico de influencias al ser ella gerente de la empresa china CAMC, con la que el Estado boliviano tiene contratos. A consecuencia de esto, las RR.SS. se inundaron de protestas de la población reprobando este pleito.
Las RR.SS. cada día tienen un peso más importante en la cotidianeidad. Día a díamuchas personalidades emiten opiniones, juicios o acusaciones a través de sus cuentas en Facebook y en Twitter. Algunos días después de la contienda electoral, se confirmó el triunfo del No a la reforma constitucional. Los resultados fueron los siguientes: No = 51%; Sí = 49%. El gobierno entonces salió a los medios de comunicación para decir que la derrota del Sí había sido injusta, pues algunos medios de comunicación habrían tergiversado las cosas referentes al “caso Zapata” para difamar la imagen del Presidente.

martes, 7 de junio de 2016

“¡MNR… POR SIEMPRE!”

Reunión partidaria. Al el extremo derecho, mi abuelo, Jesús Rada. Al centro, Víctor Paz Estenssoro.

Quiero lanzar frases encomiásticas al Partido que he admirado desde mis más tempranos años de estudio y lectura. Pero lanzar lisonjas a diestra y siniestra no es sereno, no es lícito con mi pluma y verbo que buscan siempre el contrapeso. Mas no puedo disimular el delirio que siento  al pensar en el grupo de jóvenes aguerridos, audaces, osados e inteligentes hasta la exageración que tentó operar el cambio que nuestra Bolivia necesitaba en esos años. Vivo –todavía, y espero no torne esto jamás- en una democracia, y el apasionamiento que mi pluma trata de no exudar se está diluyendo al momento en que escribo esto; es incontenible. Así que doy rienda suelta a mis palabras.
      MNR: ¿idealismo o practicismo? Creo que ambos. He ahí a Carlos Montenegro y a Víctor Paz Estenssoro. El MNR es uno de los partidos políticos de mayor trascendencia en Latinoamérica, y dígolo sin temores. Y qué del APRA de Haya de la Torre, me diréis. Os diré que las ideas brillantes y quijotescas del APRA fueron eso, solamente ideas fantásticas (para la fantasía). Y así pasó con muchas otras ensoñaciones ideológicas. Porque planificar es una cosa, ejecutar otra muy distinta.
      Ahí tenéis a Carlos Montenegro, el pensador del evangelio nacionalista revolucionario; al “Chueco”, periodista y novelista espléndido; a José Cuadros Quiroga, ideólogo y guerrero con su pluma periodística; a Hernán Siles, estratega de la revolución y restaurador de la democracia; a Walter Guevara, uno de los intelectos más enciclopédicos; a Rafael Otazo, el tribuno;  a Juan Lechín, síntesis del obrero revolucionario avispado; a Armando Acre, periodista y polemista; a Germán Monroy Block, agudo critico y periodista; a Ñuflo Chávez, catedrático y artífice de la Reforma Agraria; a Fernando Diez de Medina, uno de los escritores y literatos más prolíficos del país. Y luego están  José Fellmann, el biógrafo de Paz Estenssoro; René Zavaleta, el sociólogo teorizante; Guillermo Riveros, poeta y ensayista; Guillermo Bedregal, economista, abogado y escritor; Julio Garrett, abogado y catedrático. Y merece oración aparte Víctor Paz Estenssoro, el “Honorable Cifras” (tenía un dominio aterrador de cifras macro y micro económicas para combatir a la Rosca en el periódico “La Calle” y en el Parlamento), el economista político, el financista, el hombre frio, calculador y de una personalidad más fuerte que el granito del Ande. El estadista.  Todos ellos eran “tipos que estudian”.
Reunión partidaria. Al fondo, Víctor Paz Estenssoro.
      Bolivia, la nuestra, estaba quieta en el marasmo de la semicolonia en la plenitud del siglo XX; sacudida tras el conflicto chaqueño; con estructuras viejas propias de un feudalismo arcaico, de una democracia excluyente y de una política que aceptaba solamente a élites, y, finalmente, con una economía ultracapitalista que evadía al fisco y empobrecía al tesoro nacional. ¿Cuál el sendero, entonces? Hacer la revolución. Y además construir caminos, vincular occidente con oriente, distribuir tierras al campesinado, levantar escuelas y alfabetizar, diversificar la economía. Redimir al obrero y al campesino. Imponer el trabajo sobre el capital.
      Si bien soy consciente de que la idea del nacionalismo revolucionario no es la que necesita hoy Bolivia (las ideologías, los pensamientos políticos, las propuestas de Estado, solo están concebidos paras responder a momentos históricos determinados. Funcionan y después caducan), sí creo con vehemencia que el espíritu de la Tesis de Ayopaya de Walter Guevara Arze es un derrotero genial para edificar una sociedad integral, sin barreras, sin exclusión, ¡sin localismos majaderos! Me excita pensar en una alianza de clases y no así en una lucha de clases. La lucha es enfrentamiento, el enfrentamiento es antagonismo, el antagonismo es rezago. Y al fin todo aquello es estancamiento. El nacionalismo revolucionario, con lo que planteaba el 52 en lo político, social y económico, está hoy obsoleto; pero un nacionalismo nuevo, repensado, basado en la libertad, en la democracia y en el respeto hacia el otro, un nacionalismo cuyo eje sea la bolivianidad, quizá sea la llave que abra la puerta hacia el progreso.
      No me acuséis al terminar de leer esto. Todas las cosas del hombre tienen clarezas y máculas, luces y sombras, aciertos y yerros. El MNR tiene un lado oscuro, pero la denuncia de sus erratas históricas no es el objetivo de este artículo. O quizás erré yo al loar tanto a un partido. Pero es lo que hoy pienso –y siento. ¡…Pasiones de la mocedad! Empero, en mi mente suenan melifluas las notas del taquirari inmortal:

“En el puente de la villa
Hice un juramento:
Defender al Movimiento
En todo momento”.


Ignacio Vera Rada es poeta, dibujante y estudiante de Ciencias Políticas y Comunicación en la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”, de Historia en la Universidad Mayor de San Andrés y de la Alianza Francesa. Es Presidente de la Sociedad Científica de Estudiantes de Ciencias Políticas de la UCB y miembro permanente de la Sociedad Científica de Estudiantes de Historia de la UMSA.