viernes, 23 de diciembre de 2016

LA SOLEDAD DEL ARTISTA



“Yo dejé para siempre la vida de las llanuras”, dice un verso de Henrik Ibsen.
      Un varón piensa y escribe en el Ande. El farallón le protege y le inspira; el cóndor le deslumbra; la raza le impulsa. Se desenvuelve entre las murallas pétreas de la estepa pero siente la fuerza creadora del Gran Celador y del Cerro Blanco; ¡el genius loci del latino! Diez de Medina lanza este diagnóstico filosófico: “Tanto se aproximaron suelo y hombre, que al cabo se unimisman en el abrazo unívoco del cosmos”. Y solfea en el septeto nuestro poeta americano: “El alma de estos montes/ Se hace hombre y piensa./ Tramonta un ansia inmensa/ Los horizontes./ Y en luz huraña/ Más de una sien transflora/ Una montaña!”.
      Así es el artista verdadero. Crear es su consigna, y no importa que viva obviado y sin amigos. Sigue su ley y nada le aleja de su senda. Homero, Dante, Leonardo, Goethe, Hugo, Tamayo, murieron solos. Arte, ciencia, política, ¿qué son? Uno encuentra en ellos bálsamo y también acíbar. Clásico y romántico en el arte, positivo en ciencia y nacionalista y demócrata en política, su niñez transcurrió monótona y grave y su juventud es una búsqueda sin tregua. En el campo, amando la natura se templa el artista y bebe de la lengua nativa. ¿Habéis notado cómo ruiseñor y cóndor se aúnan en la poesía, cómo la Cordillera y el Olimpo maridan sus plectros, cómo amauta y licurgo hienden la harmonía en una sola lira, cómo la india y las musas pueden coexistir en el canto idílico?
      La Paz, la Hoyada. Quien la habita, quien la visita no puede salir de ella porque encanta. El paisaje aéreo, las increíbles geometrías, el dibujo de su Monte Tutelar, todo inspira al creador. Porque genios como Tamayo o Jaimes Freyre habitaron en la planicie altiplánica se puede decir con vehemencia que aquí la maravilla clásica puede aunarse con la gesta andina. Palas Athena y Febo Apolo deben regir la poesía en cualquier lugar del orbe. Para el artista de sangre india y genio clásico el centro del mundo puede estar aquí. Historia, Religión, Amor, todo inspira. Y la fuente inagotable de poesía, el óbito tremendo que abarca la dicha pretérita y el porvenir feliz: Marcelo.
      Eros llega siempre a la vida, no se le puede evadir. Se enamoró de una flor. Era apenas una niña que no llegaba a los quince abriles. No pasó más que un beso.
      Y el artista sigue en su búsqueda solitaria, porque sabe que el que hace arte y no ha escalado hasta la cima donde mora la plenitud intelectual es un insensato. Saber otras lenguas. Estudiar filología. Escribir el castellano con señorío. Porque el alma universal, el “homo universalis”, pretende universalizar su pensamiento.
      La inteligencia germánica, el arte nórdico, no pueden ser ajenos al espíritu selecto. Las notas de Mozart… Le parecía que la vida no tenía más que un único objetivo, solo apretó su corazón un cáliz que era un galardón: saber. La soledad del artista se afincó en la morada de su ensimismamiento. La filosofía de Schopenhauer… Y a veces recuerda y otras corea en su mente los versos eternos de Goethe: “Was ich irte, was ich strebte,/ Was ich litt und was ich lebte,/ Sind hier blumen nur im strauss;/ Und das alter wie die jugend,/ Und der fehler wie die tugend/ Nimmt sich gut in liedern aus”.
     
     Franz Tamayo es para ese hombre lo que fue Goethe para Tamayo y lo que Shakespeare para Goethe.
      Y dijo: “Seré Tamayo, o no seré nada”.


Ignacio Vera Rada es poeta.


lunes, 21 de noviembre de 2016

A CARENCIA DE AGUA, BÁRBARO Y MEDIO



A la hora en que escribimos esto, Bolivia toda debe estar enterándose estupefacta de las determinaciones últimas del Presidente, que no son una medida política –en el sentido elevado de esta expresión– sino una sandez más. Ha llegado, en conclusión, el día de la resolución, después de largos crepúsculos del miedo. Y todos pagamos, finalmente, el diezmo de las almas impróvidas que nos gobiernan.
      Tenía que correr el agua cenagosa y pútrida para que los gobernantes decidieran firmar un decreto que por su ridiculez pasma. Ahora vivimos en un estado de “emergencia nacional” y debemos estar “preparados para lo peor”.
      No soy técnico en el campo ni mucho menos maltusiano; no sé la ciencia de las proporciones y balances, pero cualquier boliviano que tenga al menos uno de sus sentidos en funcionamiento se habrá dado cuenta de la inhabilidad de los que ahora, cuando se ha consumado el desastre, anuncian la construcción de “decenas y centenares de represas”.
       Sí soy ecologista. Pero hoy no acuso a los que no lo son. La entera culpa de esta nefasta situación que vive Bolivia es del gobierno nefasto que la tutela. Porque nuestro país cuenta con cantidades ingentes de agua dulce, porque no me explico cómo no pudieron haber reparado en el nivel de las aguas de la represa que abastece a La Paz. La explicación se halla en diez años de política populista; en derroches ostentosos; en la vida que llevan los funcionarios, bien trajeados y que andan en carros del año; en la moral de hotentote de los partidarios del régimen; en los discursos zalameros abastionando a la Madre Tierra; en los miopes que administran las corporaciones del Estado; en las jugadas embaucadoras de los tartufos del gobierno; en la creación de mil y una instituciones que sirven solamente para el pago de sueldos. En diez años, en los cuales Bolivia ha recibido extraordinarias sumas pecuniarias merced a sus benditos recursos naturales de subsuelo, seguimos siendo de los países más menesterosos y menos desarrollados del mundo. ¡Y si pobres somos, vivamos como pobres!, hasta que gobernantes, estadistas verdaderos, construyan la nacionalidad fuerte que vaya a destrozar la corrupción que obstruye el camino del progreso. Bolivia debe vivir siempre, hasta que deje de ser pobre, en la austeridad. Los hombres tienen perfecto derecho de hacer fortuna, pero esa fortuna debe ser cosecha del trabajo honesto y no de la maniobra política dolosa.
       En poco se construirá una central nuclear y se pretende erigir una central hidroeléctrica, allá en nuestras virginales selvas amazónicas; o sea que es preciso sumar a la desgracia política e institucional el desamparo ambiental, que es más grave todavía. En realidad hacer la lista de todo lo que planea hacer el gobierno del Movimiento Al Socialismo pone los pelos de punta. Y si todo esto fuese poco, la montaña de hielo, el Gran Celador, como yo le llamo, ese monte mítico y tutelar que acaso sea el más bello del planeta, ¡derrite sus nieves por un torno que lo taladra!
      Los que ayer eran los marginados hoy forman una camarilla que medra a costa de los fondos públicos y que brilla por su incapacidad y estrechez intelectual. El predominio de esta clase de gentes explica el atraso en que viven varios países de la América española.
      Y el gobierno del presidente Morales hará lo que sea para permanecer en el poder. Y entonces sobrevendrá una catástrofe institucional y política. Y fatalmente vendrá el enfrentamiento.
      Porque amamos la guerra.



Ignacio Vera Rada es poeta, dibujante, activista político y estudiante de Ciencias Políticas, Historia y Comunicación.